¿Gasolina iraní en Cúcuta?


El pasado jueves 2 de julio, revisando el portal web del medio colombiano La Opinión de Cúcuta, nos conseguimos con la noticia de que autoridades de la capital del Departamento Norte de Santander habían retenido en el barrio Zulia a un sujeto que se dedicaba a vender gasolina proveniente de Venezuela (1). 

En otros tiempos el asunto no hubiese causado sorpresa, por cuanto desde hace muchos años el contrabando de combustibles hacia el vecino país es un fenómeno del que se benefician muchas personas y que ha dado el paso a la conformación de mafias especializadas en la ilícita actividad, que ocurre como consecuencia de la abismal diferencia de precios del producto en ambas naciones. 

Lo que llama la atención es que la gasolina iraní, que llegó a puertos venezolanos luego de un largo y polémico recorrido de cinco buques que debieron sortear numerosos inconvenientes, incluso de orden geopolítico, para cubrir su trayecto, esté beneficiando a usuarios del vecino país. Un hecho inexplicable en tiempos de pandemia, si se tiene en cuenta varios factores: 
    1. Venezuela y Colombia no tienen actualmente relaciones diplomáticas ni políticas y por decisión del Gobierno del vecino país, todos los pasos fronterizos están cerrados. 
    2. Las únicas excepciones por las cuales algunas personas pueden cruzar la frontera en ambos sentidos, son emergencias médicas y otros casos de índole humanitario, previamente certificadas por órganos especializados. 
    3. No está permitido el paso de ningún tipo de mercancías por ninguno de los pasos fronterizos terrestres y puentes que unen a los dos países. 
    4. Todos los puentes, trochas y otros pasos clandestinos, están custodiados por las Fuerza Armada y organismos policiales.
    5. Los municipios Bolívar y Pedro María Ureña, lugar de obligado tránsito de “retornados” provenientes de países vecinos, están bajo el estatus de “toque de queda” y está prohibido el ingreso y salida a estas jurisdicciones si no se tiene un salvoconducto que así lo permita, así como la debida verificación y autorización de los entes de control, tanto militares como civiles. 
    6. La ruta hacia los municipios fronterizos “aislados” por la cuarentena, está ampliamente vigilada por un contingente de funcionarios, ubicados en numerosos puntos de control, que impiden el tránsito por la zona de quienes no porten salvoconductos para trasladarse hacia San Antonio, Ureña y hacia el vecino país. 
Por ello nos llamó mucho la atención el titular de La Opinión de Cúcuta en el que informan que la Policía Fiscal y Aduanera y la Policía Metropolitana de Cúcuta habían retenido en el barrio El Zulia a un ciudadano que transportaba 840 galones (3.141 litros) de gasolina provenientes de Venezuela. 

Naturalmente, surge la obligatoria pregunta: ¿cómo es que con tanta seguridad, barreras, cierres, aislamiento de municipios fronterizos, presencia militar en las trochas y puentes, y numerosos puntos de control en las vías hacia la frontera, la gasolina venezolana sigue llegando a Colombia? 

Tariba_aldia@yahoo.com

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