CONEXIÓN CÁRDENAS (11-07-2022): A saltar la talanquera, que algo queda


Hace varios años algunos parlamentarios venezolanos trataron de impulsar una “ley anti talanquera”, que buscaba evitar que militantes de partidos políticos, incluidos los que ocupan altos cargos públicos y de representación popular, se cambiaran de partido de la noche a la mañana, como quien se cambia de camiseta o de pantalón, sin tener el mínimo de consideración con la organización que los postuló para dichos cargos.

La iniciativa no gustó y fue archivada prontamente. Sin embargo, traemos a colación el tema en estos días, cuando en los medios de comunicación se ha hecho público que dos alcaldes tachirenses, uno de Copei y otro de AD, renunciaron a las organizaciones en las que militaban y los habían postulado para los cargos que ejercen. La razón de la renuncia es que decidieron inscribirse en Fuerza Vecinal, una organización política que se abre campo en el escenario nacional desde hace algún tiempo.

En Brasil esto no hubiese sido tan sencillo, ya que allá sí existe una ley anti “talanquera” en la que los legisladores dejaron sentado que estos curules y cargos pertenecen al partido político que hizo la postulación y no a quien los ocupa. Dicha norma les impone una serie de condiciones a quienes ejercen funciones públicas o aspiran a ejercerlas.


Así las cosas, en la vecina nación, ninguna persona que haya renunciado a un partido político, puede postularse para determinado cargo de elección popular antes de que haya transcurrido un año desde que se produjo la renuncia y su afiliación a un nuevo partido. También existen limitantes y condiciones especiales para quienes ocupan determinado cargo y abandonan el partido al que pertenecían cuando se produjo la toma de posesión. Por esta Razón, Jair Bolsonaro duró mucho tiempo ejerciendo la Presidencia, sin estar afiliado a partido político alguno, pues había salido de su organización de base, el Partido Social Liberal (PSL), que lo había postulado en 2018 y con la que tuvo conflictos que forzaron su renuncia. No fue sino en noviembre de 2021 cuando el mandatario, quien ya era firme aspirante a la reelección, logró afiliarse al Partido Liberal.

En Colombia, a diferencia de Brasil y otras naciones, al inicio del período Legislativo, los partidos que ocupan sillas en el Congreso deben declarar si son de oposición, si respaldan al gobierno, o ninguna de las anteriores. Y cada organización debe declarar oficialmente cuál es el rol que cumplirán en el legislativo. Cuentas claras conservan amistades. Pero en Venezuela el asunto no está regulado por la ley, así que saltar la talanquera sin protocolo y sin previo aviso está permitido. Quizá sea mal visto. Pero de ahí no pasa.

¿Una nueva Troncal 5?


La Troncal 5, o Carretera Nacional de los Llanos, que une al estado Táchira con Barinas, se ha convertido en un problema mayor para la actual administración regional y para las autoridades nacionales responsables del mantenimiento de las vías interestatales. El asunto es de vieja data y se agudiza al comienzo del trayecto, desde la salida de San Cristóbal hacia San Josecito, aeropuerto de Santo Domingo y El Piñal. En honor a la verdad, las últimas contingencias han sido atendidas oportunamente por las cuadrillas de Instituto de Vialidad del Estado Táchira y por otros entes regionales y nacionales. Sin embargo, todo indica que la acción de los deslizamientos de tierra, deslaves, desbordamiento de quebradas y ríos y hundimientos de tramos completos, tienen prácticamente al borde del colapso a esta importante vía nacional. En sólo minutos la carretera puede estar obstruida y el tránsito cerrado, con las consecuencias que ello implica. Ya es hora de que los planificadores vayan trabajando en función de una nueva Troncal 5, por una ruta distinta y que no esté sujeta al impacto de la constante inestabilidad de las montañas que bordean a la actual carretera. Es el momento de que se realice un verdadero estudio de ingeniería y se presenten alternativas y soluciones definitivas

El resurgir de la frontera

El proyecto de la creación de las Zonas Económicas Especiales no es nuevo. El gobernador Vielma Mora “cacareó” mucho sobre el tema, que parecía ser una de sus prioridades. Sin embargo, más allá de las fulanas “ferias de los importados” que se realizaron en los pabellones del Complejo Ferial, nunca se concretó un proyecto especial que envolviera a los municipios fronterizos. Por el contrario, los últimos años han significado la quiebra casi total de San Antonio y Ureña.

Puente Tienditas, del lado colombiano

Recientemente la Asamblea Nacional aprobó la nueva Ley de Zonas Económicas Especiales y el TSJ ratificó su constitucionalidad. Esto ocurre los mismos días que el nuevo gobierno de Colombia expresa su voluntad de relanzar las relaciones diplomáticas, consulares y comerciales entre esa nación y Venezuela. En su campaña electoral, Gustavo Petro se comprometió a convertir a Norte de Santander en un polo de desarrollo comercial e industrial y esto no será posible si no se alcanzan acuerdos con el Ejecutivo venezolano. El menú está servido para que, en medio de las dificultades, muchas de las cuales pueden ser superadas, San Antonio, Ureña, Junín y varias poblaciones de la frontera tachirense empiecen a recibir inversión y a ser un verdadero polo comercial e industrial.

Cooperación binacional y delincuencia trasfronteriza

La ruta para la restitución plena de las relaciones diplomáticas y políticas entre Venezuela y Colombia no parece tan simple como se cree. Si bien existe lo más importante y trascendental que es la voluntad política, expresada por los Presidentes de ambos países, aún hay que definir muchas cosas más. La lista de tareas es amplia. Por ejemplo, el Presidente colombiano ha expresado su máximo interés en desalojar a los grupos irregulares que operan en ambos lados de la frontera, para lo cual será necesario restituir la cooperación policial al más alto nivel y crear comandos unificados de fuerzas militares y policiales de ambos países que deben asumir de manera conjunta la lucha contra el crimen trasfronterizo.


El tema migratorio necesariamente debe tener un viraje y la reapertura de los consulados marcará una nueva etapa en la relación entre las autoridades y los migrantes. Venezuela llegó a tener ocho consulados en el vecino país (Arauca, Cúcuta, Puerto Carreño, Bucaramanga, Cartagena, Puerto Inírida, Río Hacha y Medellín), además de la Embajada y su Sección Consular, en Bogotá. Tras la ruptura de relaciones, el Consulado de Venezuela en Cúcuta empezó a funcionar en el Centro Cívico de San Antonio del Táchira, mientras que el Consulado colombiano que por años tuvo su sede en Barrio Obrero, en la parte alta de San Cristóbal, permanece cerrado desde ese momento. Así las cosas, es inminente y necesaria una reingeniería de todo ese entramado diplomático, consular, institucional y burocrático, por parte de las dos naciones que se disponen a relanzar sus relaciones. Y eso no se da de un día para otro.

¿Y la comunicación institucional?

El pasado miércoles 6 de julio, un apagón que se extendió por 11 horas, tomó desprevenidos a los habitantes de Las Vegas de Táriba, El Junco, El Pueblito, San Rafael, Arjona y otros sectores del municipio Cárdenas. La energía volvió a las 12 de la noche, y las 6 de la mañana fue cortada nuevamente, hasta las 12 del mediodía.


Desde ese momento y hasta la noche del viernes 8, la secuencia de prolongados apagones se había mantenido en estos y otros puntos del municipio, que quedaban a oscuras aleatoriamente. ¿Las causas? Pues las respuestas las tenía todo el mundo menos Corpoelec, ente responsable del suministro eléctrico en la región y en todo el país, quien en ningún momento le salió al paso a esta crisis (sí, aunque no lo reconozcan, es una crisis) a través de sus canales institucionales. Radio bemba y las redes sociales explotaron. Las causas del apagón: unas redes cayeron sobre unos árboles; unos árboles cayeron sobre unas redes; un rayo cayó en unas torres; se dañó la central de Palmira; la represa se llenó en exceso; se robaron un transformador; el transformador explotó… En fin, ante el vacío institucional al que da paso quien debería informar con transparencia y claridad sobre lo que pasa (y afecta enormemente a los usuarios), el rumor, las falsas noticias, la incertidumbre y la desesperación acaban por imponerse en el imaginario de la gente y surge una crisis que se pudo haber sorteado o atenuado de alguna manera. Como dijo un abuelo de El Junco: ¿ala, será que cuesta mucho hablar claro?

Bacheo por etapas en Las Vegas


Luego de reiteradas peticiones formuladas a través de las redes sociales, la alcaldía de Cárdenas empezó a reparar los enormes baches que desde hace meses dificultan el tránsito automotor en la vía que desde Las Vegas de Táriba conduce a la Cuesta la Molinera y a Palo Gordo. Las cuadrillas estuvieron en esta transitada cuadra, frente a las residencias Don Luis y muy cerca del hipermercado, el pasado viernes 8. Sin embargo, sólo terminaron de abrir los huecos, para dejarlos “listos” para su posterior relleno con asfalto, lo que al parecer es ya una práctica reiterada, y los dejaron así.


El resultado no se hizo esperar. El mismo día, un joven motorizado cayó en uno de los cráteres, que obligan a los conductores a hacer maniobras en zigzag y fue a dar al suelo, presentando lesiones leves y daños menores en su moto. Mientras llega el asfalto, la calle seguirá siendo de alto riesgo para el tránsito, especialmente durante las noches. Ojalá y terminen la obra lo más pronto posible y se elimine esa práctica perniciosa de dejar los trabajos a medias, mientras vuelven las cuadrillas encargadas de reparar la capa asfáltica. De igual modo, sería bueno que se llevaran los escombros que colocaron a un lado de la vía y no los dejaran allí para siempre, como suele ocurrir muchas veces.


¿Y el tapabocas?

El uso del tapabocas está totalmente relajado en el estado Táchira y, por lo visto, en todo el territorio nacional. Las cifras que indican que pudiéramos estar en vías de una nueva ola del Covid–19, como ya ocurre en algunos países, no parecen estimular a mucha gente a retomar las medidas de bioseguridad para evitar los contagios. En algunos establecimientos aún colocan aerosol en las manos de las personas que ingresan, pero el líquido que usan no huele ni a alcohol, ni a cloro, ni a nada parecido. La gente acude masivamente a fiestas, bares, discotecas y otros espacios cerrados, sin usar la mascarilla ni tener el mínimo cuidado. Y en el transporte público ocurre igual. Algunos buses se ven abarrotados en los horarios pico y son muy pocas las personas que se protegen. Al parecer, el uso del tapa bocas ya no es obligatorio, y las autoridades no velan porque así sea. Y lo más grave: mucha gente ni siquiera se ha colocado la tercera dosis de la vacuna.

Luis Padilla Niño

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