Con un censo electoral de casi 39 millones de personas, colombianos eligen nuevo Congreso


La elección del próximo Congreso de Colombia, que se celebrará el domingo 13 de marzo, es un enigma completo. Sin embargo, hay 4 factores que vaticinan un cambio. Quizá no sea tan profundo como muchos esperan, pero sí parece ser significativo.

Primero, desde la firma del Acuerdo de Paz, la democracia plebiscitaria y polarizada que puso a Iván Duque en el poder se ha ido desgastando a nivel institucional. El fin de la guerrilla de las FARC, gracias al Acuerdo de Paz, es un hecho, a pesar de los incumplimientos.

Segundo, la llegada de gobiernos alternativos en 2019 en las 10 primeras capitales del país, y en algunos departamentos, aportó la cuota inicial de un cambio en el electorado.

La sombra del conflicto armado estará presente una vez más en el proceso electoral colombiano

Tercero, la pandemia catalizó la compleja situación económica del país en un estallido social sin precedentes. Y cuarto, el país ha entrado en el posuribismo, con la decadencia de su máximo líder, su partido y los deficientes resultados de Duque en el bastión de la seguridad.

Todos estos ingredientes hacen parte de la receta de un cambio. A estos hay que agregar un empujón que ha dado la justicia de forma sigilosa, pero eficiente: la decadencia de los Clanes políticos, en casos como el de los Aguilar en Santander, tras la captura del exsenador Richard Aguilar; los Gnecco con los procesos contra el gobernador Monsalvo Gnecco; y los Char, tras el escándalo destapado por Aída Merlano.

A su vez, esto tiene un impacto en el electorado y la reacomodación de las fuerzas políticas. Las izquierdas, congregadas en partidos alternativos, emergentes y progresistas, le han salido al paso a esta coyuntura con una estrategia menos audaz de lo que se esperaba, pero haciendo la tarea.

Pese a los acuerdos de paz de 2017 y la supuesta desmovilización de las FARC, la violencia copa varios escenarios de la vida cotidiana colombiana

Sin duda, las presidenciales han tenido un impacto en las legislativas. Esto, debido a la conformación de las coaliciones, las disputas y los escándalos; pero el cambio más importante se materializará en la composición del Congreso.

Complejo mapa político

El próximo Congreso de Colombia estará conformado por 296 curules distribuidas de la siguiente manera:

107 senadores y senadoras elegidos el 13 de marzo, y una (1) curul adicional en Senado reservada, según el estatuto de la oposición, al candidato presidencial que resulte segundo en la elección.

87 representantes a la Cámara elegidos el 13 de marzo, y una (1) curul adicional en Cámara de representantes reservada, según el estatuto de la oposición, al candidato vicepresidencial que resulte segundo en la elección. Cabe resaltar que esta será la primera vez en la que se escogerán 16 curules en las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (CITREP).

Son una cantidad considerable de curules, pero son más las candidaturas: 2.835 para 2022. Apenas uno (1) de cada 10 candidatos que se presentaron lograrán llegar al Congreso. Para el caso de Senado, se presentaron 16 listas, con 912 candidatos que compiten por las 105 curules nacionales; y 9 listas, con 22 candidatos que compiten por las 2 curules indígenas.

Para el caso de Cámara de Representantes, se presentaron 314 listas y 1901 candidatos. Cabe resaltar que, para el caso de la Cámara, hay que tomar por separado las listas a nivel departamental (58 listas y 1.335 candidatos); las listas para las curules afro (48 listas y 129 candidatos); las listas para la curul en el exterior (10 listas y 22 candidatos), las listas para la curul indígena (7 listas y 12 candidatos); y las listas para las 16 curules CITREP (202 listas y 403 candidatos).

Las 11 Circunscripciones Especiales le garantizan escaños a afrodescendientes, indígenas, colombianos en el exterior, raizales, partido Farc y estatuto de la oposición

La mayoría de estudios y proyecciones estiman que Colombia va a cambiar. El Congreso va a cambiar. Tal vez no a los ritmos que se espera, pero es inminente la llegada de nuevas caras al órgano legislativo, de jóvenes y mujeres. Son fenómenos que requieren análisis más extensos, que se harán en una próxima entrega.  

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