En Táriba, “el cráter de la vergüenza” sigue esperando respuesta de las autoridades




Transcurridos 18 meses desde el sorpresivo hundimiento de un trecho completo de la carrera 5 de Táriba, a la altura de las carreras 8 y 9, nada ha cambiado en dicho sector y el tránsito automotor sigue interrumpido en este tramo de la vía que conduce al Hospital San Antonio y la zona comercial de la capital del municipio Cárdenas. 

Según los vecinos afectados, el hundimiento se debió a una filtración de agua ocasionada por la rotura de un tubo, lo que hizo que la el tramo cediera, impactando no solamente a la capa asfáltica, sino también a las redes de aguas negras y blancas, suministro eléctrico, telecomunicaciones y a varias viviendas, que de inmediato se vieron afectadas. Apenas unos días después del deslizamiento, los amigos de lo ajeno robaron cableado, fibra óptica y conectores de Cantv, dejando sin servicio a varias comunidades vecinas durante al menos cuatro meses. 

El caso es que cuando el enorme cráter se encamina a cumplir dos años de existencia, ni el alcalde de Cárdenas, Richard González (Psuv), ni ninguna autoridad regional o nacional ha asumido la responsabilidad de darle respuesta a los habitantes del municipio, así como a los transportistas, comerciantes, estudiantes, comunidad del Hospital San Antonio y a muchas otras personas que han visto interrumpida su vida cotidiana desde que el paso por a la carrera 5 se encuentra interrumpido. 

Llama poderosamente la atención el silencio y la pasividad del alcalde de Táriba, quien además es dirigente regional del Partido Socialista Unido de Venezuela. Por ser la primera autoridad civil del municipio y por tratarse de una vía urbana dentro del ámbito de su autoridad, el señor Richard González lo menos que ha debido hacer es asumir frontalmente el desafío de responderle a las miles de personas que en muchas oportunidades le han enviado llamados y mensajes a través de los medios de comunicación. 

Aún está a tiempo el alcalde González para empezar a gobernar y darle una respuesta a sus administrados. 

Luis Padilla Niño

 


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