Reapertura fronteriza en puertas: ¿persistirán la anarquía y el caos en La Parada y el centro de Cucuta? (+ fotos)


La presión para que el gobierno de Colombia autorice la reapertura de la frontera con Venezuela se intensifica. Gremios empresariales, autoridades regionales y locales y líderes políticos de ambos países, han multiplicado en los últimos días los esfuerzos tendentes a persuadir al Ejecutivo de ese país para que anuncie la medida antes de la temporada decembrina, fecha en la que usualmente es esperada la estampida de venezolanos en la vecina ciudad de Cúcuta. 

Sin embargo, pese a que la pandemia del Covid 19 sigue prácticamente sin control en ese país y hasta se habla de un posible rebrote o segunda oleada, hasta la fecha ningún representante de los comerciantes y los empresarios cucuteños, ni voceros calificados del Gobierno y de las autoridades regionales, ha hecho un pronunciamiento serio sobre las medidas que piensan adoptar para evitar la multiplicación de los contagios, en caso de que los pasos fronterizos sean reabiertos de manera oficial. 

Recientemente el alcalde de Cúcuta, Jairo Yañez, dijo que además de control biométrico –que no se ha confirmado- y “pico y cédula”, otro mecanismo que debía ser adoptado en caso de que el paso masivo de personas hacia ambos lados de la frontera se reanudara, era el tamizaje o control sanitario preventivo, que en la práctica sería la realización la medición de la temperatura corporal mediante lectores electrónicos. Quizá la iniciativa del mandatario cucuteño llegue un poco más allá y se puedan aplicar aerosoles con cloro, alcohol y otras sustancias en las manos de las miles de personas que transiten diariamente por el lugar. 

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Interrogantes 

Ante la posible reanudación del intercambio comercial y tránsito de personas hacia Colombia, surgen las siguientes interrogantes: 

¿Hasta qué punto pueden resultar eficaces estos controles preventivos que serían aplicados a los miles de venezolanos que por múltiples razones necesitan pasar a Cúcuta y a otros municipios de Norte de Santander y del resto de Colombia? 

¿Hay garantías de que una operación de control masivo de personas de esta naturaleza sería cumplida rigurosamente por las autoridades que se encarguen de aplicarlas y no habrá “atajos” o trucos que posibiliten evadirlas? 

¿Si la frontera es reabierta se acaba el paso de miles de personas por las trochas? ¿Quién controla y garantiza esto? 

¿Habrá coordinación conjunta de las autoridades de ambos países para acabar con el esquema clandestino de tránsito por las trochas? 

¿Están en capacidad las autoridades colombianas y venezolanas, así como todas las instituciones y gremios involucrados en la reapertura de la frontera, de garantizar el control sanitario preventivo de cada una de las miles de personas que, una vez se dé el libre paso, inicien la estampida hacia el vecino país? 

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Duque de nuevo en Cúcuta ¿Anuncios? 

El Presidente Iván Duque, como jefe del Ejecutivo colombiano, tiene la última palabra sobre la normalización del tránsito de personas y la reanudación del intercambio comercial en la frontera. Y el próximo sábado 7, vendrá a Cúcuta para reunirse con los sectores representativos de la sociedad nortesantandereana para escuchar sus propuestas sobre el tema. 


Desde hoy, la Asamblea Legislativa de Norte de Santander trabaja en la organización de una sesión ampliada en la que participarán diversos actores regionales, con el fin de elaborar la propuesta final de reapertura de frontera, que será entregada el sábado al jefe de Estado. Y finalmente será el mandatario nacional quien tome una decisión. 

La frontera antes de la pandemia y del cierre 

Las autoridades colombianas nunca pudieron poner orden en las zonas comerciales más importantes de Cúcuta, Villa del Rosario/La Parada y El Escobal. Por años, los medios de comunicación han reseñado la eterna lucha entre órganos de seguridad y comerciantes informales que se adueñaron de casi la totalidad de los espacios públicos. 

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La llegada de miles de migrantes venezolanos contribuyó con la profundización de esa crisis, que se hacía más evidente en La Parada y zonas contiguas y en el casco central de Cúcuta. 

Y el caos siempre imperó. Ningún gobernante logró imponer orden en los sectores comerciales informales, en los mercados callejeros y ventas ambulantes. Por el contrario, el monstruo de la anarquía tomó más fuerza en la medida que llegaban más personas de toda Venezuela para hacer compras o en busca de oportunidades de trabajo. 

Lo que no debería repetirse: 

A continuación, les mostramos una galería de fotos y titulares de prensa recopilados del portal de La Opinión de Cúcuta, el medio más influyente de Norte de Santander, así como de otros medios de comunicación con presencia en el universo digital. Así eran La Parada, Villa del Rosario y el centro de Cúcuta antes de la pandemia y del cierre de fronteras. 

Pese a múltiples esfuerzos de los entes gubernamentales, nunca hubo forma de imponer orden y de alcanzar la anhelada convivencia y armonía. La anarquía y el caos siempre fueren las palabras clave. 

¿Será que este peligroso escenario se repetirá en plena pandemia una vez que los puentes internacionales sean reabiertos? 


































Luis Padilla Niño 

 

 

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