CONEXIÓN CÁRDENAS (22-08-2022): No es tan expedita como parece hoja de ruta para reapertura de la frontera


Al parecer, no todo es color de rosa en la hoja de ruta hacia la restitución de las relaciones diplomáticas y la reapertura plena de los pasos fronterizos entre Venezuela y Colombia. Existe voluntad política por parte de ambos gobiernos para que las dos repúblicas vuelvan a hermanarse y ya no sean más las vecinas que, pese a que se necesitan mutuamente, siempre tienen un conflicto que las aleja. Atrás quedaron –al menos hasta el momento- las acusaciones de conspiraciones, desestabilización, intrigas, espionaje, violación de la soberanía, injerencia y otras más. Todo indica que esto ya es pasado. Sin embargo, hay algo más. Persisten algunos temas o puntos álgidos que no se ventilan públicamente, que no hacen parte de la agenda mediática y ambos actores prefieren tratarlos a puerta cerrada.

Quizá esto explique que, pese a los avances políticos alcanzados hasta la fecha, los contenedores y otras barreras que por años han obstruido el paso en el lado venezolano del puente Tienditas, sigan allí. De igual modo, no deja de ser significativo que en la segunda reunión del llamado “acuerdo de la frontera”, realizada recientemente en un conocido hotel de Cúcuta, no hubiese ningún representante del gobierno venezolano, mientras que el vecino envió a dos ministros y a quien en muy pocos días estará en Caracas cumpliendo funciones de Embajador Plenipotenciario, por designación del Presidente Gustavo Petro. A eso hay que sumarle la presencia del gobernador de Norte de Santander, así como de los alcaldes de los municipios fronterizos, entre otras autoridades locales y regionales.

Hay mucha simbología en todo esto, aunque no se diga. La representación venezolana en dicho evento la conformaban dirigentes gremiales, empresarios, líderes políticos que asistieron por cuenta propia y periodistas. Pero no se registró la presencia de ningún alto cargo del Gobierno de Nicolás Maduro Moros, ni tampoco de la Cancillería, ni de la gobernación del Estado Táchira. Es decir, ninguna autoridad venezolana calificada hizo acto de presencia para rubricar el “acuerdo de la frontera”. ¡Y se supone que los acuerdos son entre dos o más!

En el "acuerdo de la frontera" estuvieron dos ministros colombianos, el embajador Benedetti, el gobernador Serrano y los alcaldes de la frontera; sin embargo, la parte venezolana no envió representante

Otro hecho relevante que llama la atención fue la presencia del ministro del Transporte de la vecina república, Guillermo Reyes, en el puente de Tienditas, el pasado jueves (18), en compañía de un equipo técnico que realizó una inspección para determinar el estado de la estructura. La evaluación, que arrojó resultados exitosos, se cumplió sin que asistieran los titulares o funcionarios de alto nivel de los ministerios de Obras Públicas, del Transporte o de algún organismo técnico venezolano que participara en la experticia y convalidara el parecer de sus colegas colombianos. Es decir, la inspección se realizó unilateralmente y no con la presencia de técnicos de los dos países involucrados.

Quizá Caracas quiera más. Sin medias tintas ni guabineos. De par a par. Y tampoco estaría dispuesta a aceptar condiciones, o mucho menos, imposiciones, difíciles o casi imposibles de cumplir. Al menos, son las primeras apreciaciones que nos formamos tras el inicio de la ronda de encuentros bilaterales y de lo que va surgiendo de la “diplomacia del micrófono”, que algunas veces es reseñada e interpretada con cierto sesgo.

Los ministros de Transporte y Turismo, el alcalde de Cúcuta y el director de Invias, realizaron unilateralmente la inspección del puente Tienditas. Del lado venezolano nadie asistió.

Pero, ciertamente, hay una agenda paralela y quizá envuelve puntos de discordia. El asunto tiene más aristas de las que todos sospechamos. Los temas más sensibles y estratégicos son reservados y, por lo visto, se vienen tratando en los más altos niveles, sin mucha bulla. Por ejemplo, ya se van a cumplir 15 días desde la presidenta de la Comisión Segunda (política exterior) del Senado Colombiano, Gloria Flórez (Pacto Histórico) anunció que ese grupo de trabajo había aprobado sesionar conjuntamente con la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional Venezolana en Cúcuta y en San Cristóbal. Sin embargo, a esta fecha, las sesiones aún no entran en la agenda oficial de la Cámara Alta y el presidente del Congreso Colombiano, Roy Barreras, no ha hablado del asunto en ningún momento y ni si quiera lo ha mencionado en sus redes sociales, como si lo hizo de este lado el presidente de la AN, diputado Jorge Rodríguez.

Más peajes para la frontera

De los tres peajes que serán activados en el estado Táchira, dos estarán en el municipio Bolívar, cuya capital es San Antonio. El tercero es el de Vega de Aza, en la salida de San Cristóbal y comienzo de la Carretera Nacional de Los Llanos o Troncal 5, que desde la capital tachirense conduce a Barinas. El Palotal se encuentra ubicado a aproximadamente 4,5 kilómetros al norte de San Antonio y 6,9 kilómetros al sur del municipio Pedro María Ureña, cuya capital es la población de Ureña.

Las usuales y agotadoras filas en la alcabala de Peracal no ayudan en nada a la normalización de la dinámica fronteriza

La reactivación del peaje que anteriormente funcionó a unos 200 metros de la alcabala de Peracal, así como la construcción de uno nuevo en El Palotal, impone un urgente proceso de reorganización del tránsito automotor en la zona, que podría colapsar una vez que los pasos fronterizos estén abiertos plenamente. Hacemos este comentario a raíz de las constantes denuncias en los medios de comunicación regionales sobre las angustiantes colas a las que deben someterse las personas que van o regresan de los municipios fronterizos. Anteriormente las kilométricas y agotadoras filas se formaban únicamente en el sentido San Antonio – Capacho, donde los trancones derivados de los controles que implementan las autoridades destacadas en la alcabala de Peracal, pueden extenderse por períodos de hasta tres horas. Sin embargo, desde un tiempo para acá usuarios reportan embotellamientos en sentido contrario, ya que funcionarios del CICPC colocan obstáculos que estrechan la vía y la hacen muy lenta.

La reapertura plena de la frontera tarde o temprano se concretará y con ella la llegada masiva de personas de todo el territorio nacional. Y el tránsito automotor no debería ser una traba o un problema para quienes se desplazan en ambos sentidos. Por el contrario, la llegada de los peajes y los ingresos que generan, deben servir para financiar nueva infraestructura vial y adoptar modernas tecnologías para incentivar y facilitar el intercambio comercial y la prosperidad de todos. La vía San Cristóbal –Cúcuta debe ser una tasita de oro, que brille por su impecable estado. Al final de cuentas, es una de las entradas al país, y además, generará suficientes recursos para financiarse.

Volvieron las fiestas callejeras 

Luego de una “tregua” que se había alcanzado tras meses de trabajo realizado por las autoridades del municipio Cárdenas y de los organismos de seguridad con presencia en dicha localidad, volvieron las estruendosas fiestas callejeras “sound car” que irrumpieron para acabar con la tranquilidad pública. Al parecer, el elemento catalizador que estimuló el desorden y la anarquía que estas actividades desencadenan, fue la Feria de la Consolación. Y ojalá y, ciertamente, esta sea la causa y sea pasajera, como la feria, porque son muchas las personas que reportan los casos que los afectan directamente por la desconsideración de algunos ciudadanos que creen que tener un automóvil dotado con un potente sistema de sonido, le da derecho a montar una fiesta hasta el amanecer y adonde le dé la gana.

La caída de la infraestructura al precipicio es inminente. Ya buena parte cayó al lecho de la quebrada La Cordera

Las reiteradas y descaradas violaciones del Código Penal, de la Ley de Tránsito y de las Ordenanzas sobre Convivencia Ciudadana y sobre Contaminación Sónica y Ruidos Molestos, entre otras, ocurren en cualquier espacio público del municipio Cárdenas, aunque las licorerías, los bodegones y las plazas suelen ser algunos de los lugares favoritos de estos transgresores de la ley, que arman la fiesta callejera hasta el amanecer, perturbando irresponsablemente la tranquilidad de miles de familias, a quienes se les vulnera su derecho a descansar y a vivir en paz. Un caso que llama poderosamente la atención es que uno de estos grupos, cuando no está en Patiecitos (municipio Guásimos) desgraciándole la noche a toda una comunidad, se encuentra en las ruinas de lo que hasta hace unos años fue la estación de servicio Internacional, muy cerca de la entrada a El Diamante y del sector El Viajero de la autopista, en el municipio Cárdenas.

Dicha E/S colapsó por la inestabilidad del terreno, que acabó por destruirla y arrastrarla montaña abajo, con sus tanques, islas y surtidores. No tenemos la menor duda de que dicho establecimiento y su infraestructura debieron ser clausurados e inhabilitados por Protección Civil, Cuerpo de Bomberos y la Alcaldía de Cárdenas desde hace muchos años. Sin embargo, pese a esta peligrosísima situación, que permite avizorar un inminente desastre en el lugar, es muy frecuente que un grupo de personas, con sus minitecas rodantes y los motorizados que los escoltan, realicen sus fiestas en el pedazo de placa que aún no ha sido arrastrada por el deslizamiento de tierra, que va a dar a la quebrada la Cordera, en Las Vegas de Táriba. Por su ubicación y la acústica, el estruendoso ruido impacta en varias barriadas locales, numerosas cuadras a la redonda, por lo que el asunto es un tema de orden público colectivo, ya que afecta a varias comunidades.

En este lugar, que se desploma poco a poco, decenas de epersonas hacen fiestas sound car hasta el amanecer cada fin de semana

Ya terminó la Feria de la Consolación de Táriba. ¿Será que las autoridades retoman las políticas de prevención del delito, seguridad ciudadana y convivencia? Miren que la gente es agradecida.

Luis Padilla Niño



Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Y usted no habla gocho? ¡No sea toche!