Cargo fijo es cargo fijo, pero los docentes requieren más atención



Tras una prolongada espera que se extendió por varios años, un importante grupo de docentes de la Dirección de Educación pasó a ocupar cargos fijos en la nómina de esa dependencia adscrita a la gobernación del estado Táchira, donde llevaban varios años ejerciendo funciones en condición de “contratados”. 

Los beneficiados iniciarán labores en su nueva condición a partir del próximo 16 de septiembre, tras esperar durante años que ese órgano honrara los compromisos legales contemplados en el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente. En total, según el anuncio oficial hecho recientemente, unos 800 docentes pasarán a ser personal fijo en la plantilla estadal. 

Desde la gestión de José Vielma Mora al frente de la gobernación y de Henri “el gallo” Parra en la Dirección de Educación, se venía organizando un concurso, como está estipulado en la ley, mediante el cual los docentes contratados que cumplieran los requisitos mínimos alcanzarían la titularidad del cargo. Sin embargo, éste nunca se realizó y el proceso fue nuevamente engavetado. 


La deserción masiva de educadores, que han dejado el país para irse a otras naciones en busca de mejores condiciones de vida, obligó a las actuales autoridades a buscar una salida administrativa para contener esta tendencia. Y, aunque los salarios de los docentes estadales, al igual que los de los nacionales, no han sido mejorados, la existencia de vacantes posibilitó el concurso de credenciales que incluyó a profesores contratados hasta el año escolar 2018/2019. 

Tanto la gobernadora Laidy Gómez, como el director de educación, Luis Sandoval, definieron el hecho como un acto de “justicia social”, sin embargo, no es un secreto que los docentes siguen padeciendo de pésimas condiciones de vida, ya que sus salarios, como los de la mayoría de los venezolanos y los de todos los servidores públicos, no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de toda persona. 

Además de mejoras salariales, los docentes reclaman mejores condiciones para el cumplimiento de sus funciones, en especial la adecuación de la infraestructura y la dotación de todas las instituciones. El reclamo colectivo va más allá de las carencias personales en los hogares de cada docente, así como la inexistencia de un servicio de transporte público que les permita desplazarse sin traumas a sus sitios de trabajo. 


Solicitan también la dotación de equipos y medios tecnológicos para el nuevo desafío que significa el año escolar “virtual”. Sin excepción, todos los docentes necesitan ser dotados de dispositivos móviles y de computadores portátiles para cumplir con la nueva programación escolar que se sustenta en métodos virtuales y en la creación y transmisión de contenidos digitales. También necesitan disponer de una red de internet estable y con suficiente capacidad para cumplir con el reto de las aulas virtuales, que se mantendrá mientras existan las restricciones impuestas en tiempos de cuarentena. 

LPN

 

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